Los libros muerden.

 

Segundo Premio Categoría Escuelas

Andrea Eixarch

Escuela N.º 3173 Nuestra Señora de Pompeya

Rosario, Santa Fe

 

Con la intención de “deconstruir” la relación libros, obligatoriedad, mirada educada y lectores en el nivel secundario (resumida en la naturalizada sentencia “los libros no muerden”) nace, en 2015, el taller de lectores Los libros muerden en las aulas “sin paredes” de la escuela Nuestra Señora de Pompeya de Rosario. Un espacio escolar y extraescolar que intenta resignificar el protagonismo lector desde el hacer, la vivencia y la experimentación de las historias. Propuesta dinámica que inquieta y moviliza a los lectores y da piedra libre desarrollar sus gustos personales, el placer por la lectura y la identificación. Las iniciativas lectoras del taller “aturden” para despertar los sentidos y leer así con todo el cuerpo (se lee sin ver, se escucha, se siente, se transitan los puntos suspensivos). El taller asume el reto de impulsar lo contemplativo al plano de la creación y acepta el desafío de respetar individualidades y sumarlas a un proyecto colectivo que trascienda el acotado ámbito educativo, con el anhelo de visibilizar y polemizar con otros y otras “lo que debe leerse”, “lo que puede leerse” y “las lecturas correctas”.

Desde quinto a primer año, el espacio genera experiencias que recrean épocas, que recuperan memorias, abren el juego a la lectura “con derecho de lector” y evidencian que leer es uno de los mejores actos de rebeldía. Lectores adultos y jóvenes habitan el aula taller (ámbito curricular de la otrora clase de Literatura) y los espacios taller (extracurriculares), como los patios, centros vecinales y de jubilados, parques, talleres literarios del barrio y diversas escuelas. Se construyen allí miradas plurales, sentidos latentes y lectores autónomos.  

Cada experiencia impone un nuevo habitar. “La noche boca arriba” se vive en el patio, de noche y acostados. “Martín Fierro” se recrea en la pulpería de la plaza y se hace voz de los debates juveniles. Abuelos y jóvenes se unen en jornadas literarias “de allí y de aquí”. Las lecturas se colorean en los laboratorios de sentidos. Novelas mutan en juegos de mesa. Las carpetas se jubilan y dan paso a las bitácoras lectoras. 

En 2017 nace el Club del Patio, un espacio de encuentros semanales, en contraturno y gratuito, para adolescentes de la escuela que quieran acercarse a la lectura en un ámbito distinto, un patio lleno de flores donde se comparte una manta llena de libros. Allí se respira papel, imaginación, libertad y frescura. Las bibliotecas del secundario renacen como heladeras autogestionadas por sus lectores y los libros convidan “historias comestibles” con el sabor, sin duda, que cada uno y cada una descubra. Libros que muerden, libros que encuentran.

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2. Segundo Premio Escuela - Eixarch.pdf
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